Lana Del rey x Harper's Bazaar
Lana Del Rey apunta con un vaper rojo a un conjunto de sillones en su patio trasero. “Cuando los compré”, me dice, “me emocioné”. Soy escéptico. Las sillas parecen intactas, sin uso. Una línea reveladora divide su tela, marcando dónde la cerca ha proyectado una sombra sobre la mitad del material. Allí, en perpetua sombra, se conserva el patrón verde vibrante, pero encima la tela queda expuesta, blanqueada por el sol, casi hasta quedar blanca.
“Teníamos una hoguera”, dice Del Rey, señalando primero un lugar en el patio que nunca parece haber tenido una hoguera y luego un diván en ruinas. “A pesar de su estado, estoy orgulloso de este sofá cama”, me dice Del Rey. “Lo obtuve de Living Spaces. Lo trajeron por la mañana y lo montaron a las cuatro. Eso es increíble."
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